Cirugía de Deformidades
del Antepié
Principales cirugías de deformidades del antepié.
Existen varios tipos de deformidades en los pies, que varían en su severidad, localización y causa.
La cirugía de las deformidades del antepié y el pie se considera necesaria cuando otros tratamientos conservadores han fracasado.
Algunas de las deformidades del pie más comunes son:
» Hallux Valgus (Juanete): Desviación lateral del dedo gordo (primer radio) hacia los demás dedos.
» Dedos en Martillo: Deformidad de los dedos menores (normalmente el segundo, tercero o cuarto) que provoca la flexión anormal de las articulaciones interfalángicas, lo que hace que el dedo adopte una forma de garra.
» Pie Cavo: Exageración del arco plantar, lo que causa una distribución desigual del peso en el pie.
» Pie Plano: Arco plantar disminuido o ausente, lo que provoca que la planta del pie esté en contacto completo o casi completo con el suelo.
» Hallux Rigidus: Rigidez y pérdida de movimiento en la articulación metatarsofalángica del dedo gordo del pie.
» Metatarsalgia: Dolor en la zona anterior del pie, a nivel de los metatarsianos.
» Dedos en Garra: Flexión permanente de los dedos menores en forma de gancho o garra.
» Pie Equinovaro Congénito (Pie Zambo): Deformidad congénita donde el pie está torcido hacia adentro y hacia abajo, con el arco muy elevado y el talón apuntando hacia adentro.
» Juanete de Sastre (Bunionette): Deformidad similar al hallux valgus, pero ocurre en el quinto metatarsiano (el dedo pequeño).
» Pie Diabético: Complicación común en pacientes con diabetes mal controlada, que afecta la estructura del pie y aumenta el riesgo de úlceras e infecciones.
Resultados de la cirugía por deformidad severa en los metatarsianos.
Presentamos el caso clínico resuelto con cirugía por una deformidad severa en el antepié en una mujer de 65 años, sin antecedentes patológicos de relevancia.
El tratamiento quirúrgico consistió en una cirugía combinada: una técnica de mínima incisión para la corrección del primer radio, y una cirugía abierta para el segundo metatarso.
→ Podemos decir, al año de la cirugía por deformidad severa del antepié, que la paciente muestra una evolución estética y funcional favorable.
→ En la valoración clínica, presenta una puntuación de 94 en la escala AOFAS*, partiendo de un valor previo considerablemente bajo.
→ La mejoría ha sido notable, sin que refiera dolor durante la manipulación o al caminar.
¿Cuándo es necesario operar las deformidades severas de los pies?
La cirugía para corregir deformidades severas de los pies se considera necesaria cuando otros tratamientos conservadores no han sido efectivos y la deformidad afecta significativamente la calidad de vida del paciente. Aquí están algunas de las principales indicaciones para considerar una intervención quirúrgica:
1. Dolor persistente:
Cuando el dolor es crónico y no mejora con tratamientos conservadores (como cambios en el calzado, plantillas ortopédicas, medicación o fisioterapia).
El dolor interfiere con actividades diarias, como caminar, estar de pie o realizar tareas cotidianas.
2. Deformidades progresivas:
La deformidad empeora con el tiempo, a pesar de las intervenciones no quirúrgicas, como en el caso de hallux valgus (juanete) o dedos en martillo.
Si no se corrige, la progresión puede dañar otras estructuras del pie, como articulaciones, ligamentos y tendones.
3. Dificultad para usar calzado:
Cuando el paciente no puede encontrar calzado adecuado debido a la deformidad severa (como en casos avanzados de juanetes, dedos en garra o pie cavo), lo que limita la movilidad y provoca dolor al caminar.
4. Disfunción o incapacidad funcional:
La deformidad limita gravemente la capacidad del paciente para caminar, correr o realizar actividades físicas, como en casos de pie plano rígido, pie cavo severo o hallux rigidus (rigidez del dedo gordo).
Puede haber desequilibrio o inestabilidad al caminar, aumentando el riesgo de caídas o lesiones.
5. Complicaciones asociadas:
Cuando la deformidad causa complicaciones adicionales, como:Úlceras o infecciones (especialmente en pie diabético o pacientes con neuropatías).
Callosidades dolorosas que no responden a los tratamientos conservadores.
Neuroma de Morton que causa dolor intenso o sensación de ardor persistente entre los dedos.
Desgaste articular o daño en los tejidos blandos debido a la biomecánica alterada del pie.
6. Falta de respuesta a tratamientos conservadores:
Si las medidas no quirúrgicas (plantillas, fisioterapia, medicación, cambios de calzado, etc.) no logran aliviar los síntomas o detener la progresión de la deformidad.
En algunos casos, como en el pie cavo severo, la ortopedia puede no ser suficiente para corregir el problema.
7. Deformidades congénitas o neuromusculares:
Pacientes con deformidades como pie equinovaro (pie zambo) o deformidades secundarias a trastornos neurológicos (como parálisis cerebral, poliomielitis o Charcot-Marie-Tooth) pueden requerir cirugía para mejorar la funcionalidad y prevenir complicaciones a largo plazo.
8. Deformidades asociadas a artritis:
En el caso de deformidades relacionadas con enfermedades articulares degenerativas, como la artritis reumatoide, la cirugía puede ser necesaria para corregir las alteraciones estructurales que no responden a tratamientos médicos y causan dolor o incapacidad funcional significativa.
9. Factores estéticos (en casos seleccionados):
Aunque generalmente se prioriza la funcionalidad sobre la estética, algunos pacientes optan por cirugía si la deformidad causa un problema estético importante que afecta su autoestima y bienestar emocional, siempre y cuando esté indicado médicamente.
Es decir, la cirugía se plantea cuando la deformidad severa de los pies no responde a tratamientos conservadores y provoca dolor, incapacidad funcional, deformidad progresiva, o riesgo de complicaciones, afectando considerablemente la calidad de vida del paciente.
La decisión debe tomarse en conjunto con el cirujano ortopédico, basándose en la evaluación clínica, los síntomas del paciente y los estudios radiológicos.
*1. AOFAS. La escala AOFAS (American Orthopaedic Foot And Ankle Society) para las articulaciones metatarsofalángica (MTF) e interfalángica (IF) del hallux, se utiliza en la evaluación clínica de los pacientes con hallux valgus y valora tres aspectos: dolor, función y alineación del pie.
La cirugía de los metatarsianos se realiza cuando hay dolor, deformidad, o limitaciones funcionales que no responden a tratamientos no quirúrgicos y que afectan la calidad de vida del paciente. La intervención quirúrgica busca restaurar la alineación, aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad del pie, tomando en cuenta la situación específica de cada paciente y la gravedad de la lesión.